Lo de la SGAE no es nada del otro mundo
A ver, que una persona utilice su poder dentro de una empresa para derivar contratos a empresas amigas es el ABC de la empresa española. A nadie le debería extrañar comportamientos de este tipo. No os podéis ni imaginar lo complicado que puede llegar a ser en España contactar con la persona responsable de contratación de cualquier empresa. Da igual lo que vendas, da igual que sea mejor, más bonito o más barato, no tienen nunca intención ni siquiera de escucharte. La tónica es siempre la misma: me nombran director general, tengo presupuesto para contratar empresas del tipo A y del Tipo B, si merece la pena le digo a Paco y a Pepe que se monten una empresa de estas y me nombren socio capitalista y a veces ni eso. De esta manera derivo dinero de la empresa que dirijo a mi cuenta personal. ¿Significa eso que no necesite contratar empresas del Tipo A y del Tipo B? Probablemente no, pero seguro que encargaré más de lo que necesite y no me dolerá la mano al aceptar tal o cual presupuesto. Lo único malo de la SGAE es que no se hace con capital privado y que no es una empresa la que lo hace, sino una sociedad supuestamente sin ánimo de lucro y que lo que debe velar es por el interés de los autores y no de cuatro enchufados. Pasa lo mismo con la política, ¿Cuantos políticos creeis que hay de vocación?¿ y cuantos de esos creeis que alcanzan cuotas de poder?. No se trata de montar un circuito de F1 para los ciudadanos por poner un ejemplo, ni para atraer público a la ciudad, se trata de que así puedo gastarme millones de Euros en muy corto espacio de tiempo y nadie me va a criticar por hacerlo, bueno si, los cuatro tontos de izquierdas de siempre, pero donde esté Fernando Alonso y las empresas que me montan la publicidad, las gradas, las que se encargan de la seguridad, etc… que se quiten las guarderías públicas.