La ministra borracha
Hoy me he quedado anodadado con unas declaraciones del portavoz del PSOE, Jose Antonio Alonso, valorando la intervención de Elena Salgado en el debate de presupuestos. Cito textualmente:
«Alonso aseguró que Rajoy, durante el debate de ayer en el Congreso de los
Presupuestos Generales del Estado (PGE), «no acertó en el marco general», y vió
a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado,
«seria, solvente y sobria» durante su discurso» y añadió como corresponde a una ministra de economía.
Faltaría más, pensé, que la ministra hubiera subido borracha al estrado. Sobria según la RAE tiene tres acepciones pero la que se aplica normalmente a las personas es precisamente la tercera:
2. adj. Que carece
de adornos superfluos.
3. adj. Dicho de
una persona: Que no está borracha.
Esta claro que quiso remarcar la falta de adornos de la ministra o su templanza en su alocución pero a lo que sonó fue a otra cosa muy diferente. Por lo menos a mi.
Y para De Cospedal dejamos la otra frase memorable de la jornada soltada al finalizar el debate:
«Como se trata de un hombre y una mujer hay algunos que pueden intentar hacer
ver aquello de un chico que pega a una chica, por decirlo de una manera muy
sencilla»
y esto lo ha dicho justo después de afirmar lo siguiente:
«La ministra·dio unos «argumentos muy burdos» que «no son propios» de su cargo»
Pues Maria Dolores utiliza argumentos que no son demasiado propios para una mujer,